Cada 1º de agosto, el norte argentino se transforma para honrar a la Madre Tierra con rituales milenarios que aún hoy laten con fuerza. El Día de la Pachamama no solo es una festividad cultural, sino una invitación a conectarse con la naturaleza de forma profunda y espiritual. Anticipo de celebración en la Casa de la Provincia de Tucumán.
En la provincia de Tucumán se realizaron, en distintas zonas, los rituales y ofrendas en honor a la Madre Tierra. La Casa de Tucumán en CABA tiene preparada un recreación de los mismos para el 13 de agosto, a las 12 h, con ‘Nuestros Ancestros’. La entrada es libre y gratuita y el evento apto para todo público. Caciques, ‘yastay’, artesanos, copleras, comidas regionales, vinos de altura, música norteña junto al público realizará las ofrendas, agradecimientos y pedidos.
¿Qué es el Día de la Pachamama?
La Pachamama es la deidad de la fertilidad y del sustento en la cosmovisión andina. El 1º de agosto, las comunidades del norte argentino —especialmente en las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán y Catamarca— realizan rituales de agradecimiento a la tierra, ofreciendo alimentos, bebidas y hojas de coca, entre otros elementos simbólicos. Este gesto es una forma de devolverle a la tierra todo lo que ella brinda: cosechas, salud, abrigo y vida. Las ceremonias suelen comenzar al amanecer, abren un pequeño pozo en la tierra y realizan las ofrendas a la Pachamama mientras sahúman el lugar.
¿Cómo es el ritual de la Pachamama?
El rito consiste en ofrecerle a la tierra lo que ella nos da. Se colocan brasas en un cuenco de barro, junto con la planta de koa. Luego se agregan alimentos como mazorcas, coca y bebidas, y se entierran las ofrendas bajo una manta. El cierre de la ceremonia lo realiza quien “abre” la tierra, cubriéndola con una piedra blanca, símbolo del futuro fértil. Durante el ritual, es común que las ofrendas se hagan mirando hacia el amanecer, en dirección al Tata Inti (el Padre Sol), como símbolo de renovación. El momento en que se cierra la tierra con una piedra blanca marca también el inicio de un nuevo ciclo de vida, siembra y protección espiritual. Para quienes participan, es un momento para reflexionar, sembrar deseos y renovar el compromiso con la naturaleza desde lo simbólico y lo espiritual. Es una experiencia que enriquece tanto al visitante como a las comunidades anfitrionas.Caña con ruda
Una de las costumbres más arraigadas del 1º de agosto es beber caña con ruda en ayunas. Esta bebida, mezcla de caña de azúcar destilada y ruda macerada, tiene un fuerte origen en los pueblos guaraníes y es una práctica muy presente en el noreste argentino- Se cree que tomar tres sorbos ayuda a espantar los males del invierno y limpiar el cuerpo y el alma. Esta tradición, que se transmite de generación en generación, forma parte de un acervo cultural compartido y refuerza los vínculos entre ambos países. La caña es un destilado a base de miel de caña de azúcar, mientras que la ruda es una planta con propiedades medicinales reconocida por sus efectos purificadores. La combinación de ambos ingredientes funciona como una bebida protectora, usada tradicionalmente en ceremonias de limpieza energética y física.
La Pachamama también es homenajeada en países como Bolivia, Perú, Ecuador, Chile y Colombia, lo que refuerza su valor como símbolo común de los pueblos originarios de América del Sur. En cada lugar cambia el nombre o el formato del ritual, pero el mensaje es el mismo: agradecer a la Tierra y pedir por un nuevo ciclo fértil y armonioso. No es casual que esta celebración coincida con el inicio del calendario agrícola en muchas culturas andinas. El pedido a la Pachamama busca asegurar un año próspero, con buen clima, cosechas abundantes y salud para los animales.